“No quiero hablar de esa mierda de los viajes en el tiempo, porque si empezamos vamos a estar aquí todo el día haciendo diagramas con pajitas”.
Esta cita de ‘Looper’, que es de esas que se nos quedan en la sesera para toda la vida, no sólo por su ingenio en sí misma sino por lo que significa dentro de la película, resume a saco las pretensiones del filme.
La cinta de Rian Johnson no se hace “pajitas” mentales con el tema de los saltos del futuro al pasado, precisamente los que permiten que se vean la cara en un mismo momento temporal un Joe jovenzuelo (Joseph Gordon-Levitt) y su mismo yo ya pureta (Bruce Willis), y que entre otras cosas éste último le suelte esa frase implacable.
Johnson te mete en la primera media hora más o menos todo el rollo argumental de partida del largometraje, de forma sencilla, para no comerse metraje con más explicaciones: hasta dentro de 60 años, más o menos en en el 2074, no se habrán inventado los viajes en el tiempo, pero una vez inventados se prohibirán legalmente.
Sin embargo, los sindicatos criminales del futuro, un período en el que se ha vuelto extremadamente difícil deshacerse de los cadáveres, comienzan a enviar a sus víctimas al pasado, hasta un 2044 gris y mugriento, que es cuando Joe y otros ‘loopers’ pueden eliminarlos con impunidad.
Y el procedimiento es fácil: Joe se encuentra en un campo con un reloj de bolsillo, espera a que su víctima aparezca esposada y encapuchada en una lona que está cuidadosamente diseñada para la asesina ocasión, y cuando aparece la mata a bocajarro con un arma de corto alcance, un trabucón.
Sin embargo, hay un pequeño problema en este trabajo: con el fin de atar los cabos sueltos, las organizaciones criminales del futuro que utilizan a los loopers, los cuales están bajo el mando de un cabecilla enviado del año 2074 al pasado, eventualmente les obligan a matar a su yo del futuro para cerrar el círculo.
Y, claro, el pollo se forma cuando el yo futuro de Joe aparece en su lona un día en el que no está demasiado entusiasmado por tener su bucle cerrado, y éste se le escapa.
A las alturas en la que ocurre esto uno ya está perfectamente familiarizado y enganchado a lo que transcurre en la pantalla y digiere al tirón y con facilidad lo que vendrá inmediatamente después, que no es otra cosa que un thriller inteligente, imaginativo e impredecible, bien escrito, con varios bucles latentes y conflictos morales y personales que te mantienen reflexivo y atrapado (y que es preferible que los vayáis descubriendo al paso de la peli).
Pero sobre todo, es una película de ciencia ficción con corazón. Algo que falta en las fastuosas megaproducciones de Hollywood atiborradas de CGI.
Eso sí, no se libra de tener algunas inevitables pinceladas inspiradoras de ‘Blade Runner’, ’12 monos’, ‘Terminator’ e incluso ‘Regreso al Futuro’, construyendo un escenario que ya conocemos.
Cualquiera podrá creer que a mitad del filme Johnson suelta el acelerador de forma innecesaria, para entrar en un terreno del drama inusual en este tipo de producto en apariencia de “correcalles”, pero como yo lo veo, y por el desenlace del largometraje, era algo absolutamente imprescindible para acrecentar esa empatía del espectador con la historia, para darnos ese corazón suyo y nosotros el nuestro.
Alimenta esa empatía también la gran labor repartil. Lo único de Gordon-Levitt que chirría es su caracterización de un supuesto Bruce Willis joven, aunque el esfuerzo por parecer él, incluso en los gestos, es de agradecer; por lo demás, su sobriedad y entrega planta bien al personaje, a pesar de su juventud.
Bruce Willis en su salsa. Con esto está todo dicho, se entrega al 100% en estas producciones. Y Emily Blunt, en el rol de una dura madre soltera con un niño un tanto especial, rompe con estereotipos personales de otras cintas.
Por su parte, Jeff Daniels es un clásico, son de los pocos que le dan empaque a frases tan triviales como “estos viajes en el tiempo te pueden freír el cerebro como un huevo”.
‘Looper’ podría soportar sobradamente en sus hombros el calificativo de “una de las películas del año”, de esas que veríais más de una vez. Un ‘must-see’ en toda regla.
- Vía póster | LaButaca.net